Al anochecer podemos observar a la luna y al planeta júpiter juntos. El planeta Júpiter se observa como una estrella con un brillo fijo, es decir, no titila. Ambos, Luna y Júpiter se encuentran en el signo de virgo.
La sensible Luna en Virgo, en su fase creciente, en esta oportunidad se encuentra unida con el expansivo planeta Júpiter, en el mismo signo zodiacal.
Esta unión afortunada favorece el servicio, la bondad, la moral y la generosidad emocional.
De modo que, este tránsito resulta ser un momento muy apropiado para solucionar problemas de los demás; en el caso de que se tengan profesiones en las cuales se preste un servicio, como por ejemplo la medicina, trabajo social, etc.
Este es un momento en el que podemos ser muy críticos pero tolerantes. Sentimos confianza en nosotros mismos, se hace lo que se piensa y lo que se debe hacer.
Este paso nos llena, físicamente, de vitalidad y energía. Nos sentiremos alegres, optimistas y llenos de fe.
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